Feli Nogales

Me asomé al balcón de tu sonrisa, y por un momento quise precipitarme al vértigo de tu risa, aquella mirada ladina me robó un segundo la consciencia, no sabía si eras un ángel iluminando mi camino, o un demonio que me llevaría al infierno, el infierno de no estar a tu lado. Etérea, tu presencia a mi lado, pero a la vez tan sumamente intensa como para cerrar los ojos un instante y querer recordarlo toda una vida. Lo sé, o quizás no. Nunca tendré la certeza de aquellas palabras, aquellas preguntas sin respuesta, aquellas señales de humo que el viento se llevó. Y sin embargo, siempre, en el recuerdo tendré ese momento único que ilumina cualquier oscuro sentimiento.  Ese balcón al que siempre quisiera volver... Al balcón de tu sonrisa. 

¿Quién no se ha querido evadir en algún momento de su vida? Evadirse de lo que nos rodea... En ocasiones el cansancio me puede, y sólo me alivia trasladarme junto a una música a un lugar privado donde pueda soñar despierta, donde las emociones de una serenidad me invadan...quizás penséis que loca me hallo pero nada más lejos de la realidad... Lo bonito de escaparse, de sentirse libre donde el viento suave acaricie tu rostro, donde el vuelo pausado de una mariposa te haga recordar lo maravillosa que es la vida, en ocasiones necesito esa paz... La paz de un rayo de sol sobre el rostro, la quietud del silencio, el sabor dulce de un té calentito... recorrer un camino sin rumbo...junto a esa melodía embriagadora...casi rozando la categoría de nana, que te hipnotiza y no quieres que te abandone nunca... Nana, nana, nana... suena la celestial música de la naturaleza en un liviano paseo al atardecer. Me pierdo, mentalmente me cobijo en esa sensación de inmersión en algo más grande q

Hoy siento frío Hoy siento frío a pesar del calor, hoy siento frío y es por no tener tu olor... por no sentir tus brazos al rededor mío por no sentir tu beso en el corazón.. El calor de tu último abrazo se disipa y quiero otra dosis de tu droga esa que me mantiene por segundos a salvo, con vida que me pone en tus brazos boba que me hace sentir pequeña porque lo mas grande es tu lazo, así vuelvo ser diminuta, sintiéndome a la vez grande a tu lado. www.felipa.es

Más de 40 días y más de mil noches nos acompañarán durante nuestras vidas. Podría ser el comienzo de una bonita canción pero es una triste y esperanzada alusión de lo que acontece. El sufrimiento y la desesperación por no perder la vida minará nuestras fuerzas, nuestro coraje hará oídos sordos por mantenernos a salvo. La vida seguirá pero ya no seremos los mismos. Nuestra confianza se debilita ante los que no supieron cuidarnos y debieron hacerlo. Pero seguiremos adelante porque somos luchadores natos, por nosotros y por los nuestros, sin pensar en los que desde arriba en sus cómodas burbujas les importamos menos que sus propios intereses. Seguiremos adelante por nuestra condición, porque en el fondo somos grandes. Mucho ánimo por todo lo que tendremos que soportar, mucho ánimo por las lágrimas que tendremos que derramar, mucho ánimo ya que algún día en algún momento esto acabará. Que tu responsabilidad marque nuestro futuro, quedándote en casa salvarás muchas vidas,

Me detuve para verte, para recorrer sin prisa tu silueta, embriagándome de la belleza que desprendes. Iluminas las melancólicas noches al lado del mar en las que derramo mis sentimientos arrebatados en las letras que jamás leerás. Con paciencia vuelvo a esperar que aparezcas, para adentrarme en la inspiración de tus fases, tu sonrisa, tu ausencia y tu presencia plena. Ésta noche vuelves a inundar mi pensamiento, colapsas mi entendimiento, y sólo puedo dejarme arrastrar por tu energía, deshaciéndome en palabras llenas de pasión...

El silencio encoge el alma... si, y aunque parezca que no, el mantenerse callado, el no expresar con total libertad lo que uno piensa sin temor al qué dirán... encoge el alma. En muchas ocasiones me asalta a la memoria esa famosa frase que reza así: " Se dueño de tu silencio, y esclavo de tus palabras"... Cuántos de nosotros hubiéramos gritado al mundo un par de palabras, o hubiésemos dicho al que nos incomoda la vida cuatro verdades, sin embargo, nos sumimos en un prudente silencio, que al buen entendedor pocas palabras bastan.